Mi último victimario


«La fe que me posee se apoya en la esperanza de que el hombre, a la vera de un gran salto, vuelva a encarnar los valores trascendentes, eligiéndolos con una libertad a la que este tiempo, providencialmente, lo está enfrentando. Porque toda desgracia tiene su fruto si el hombre es capaz de soportar el infortunio con grandeza, sin claudicar a sus valores»

Del  discurso «Un horizonte ante el abismo» de Ernesto Sabato, pronunciado durante  su condecoración en el Círculo de Bellas Artes con la Medalla de honor

España en los diarios de mi vejez, Ernesto Sabato. Editorial Seix Barral
España en los diarios de mi vejez, Ernesto Sabato. Editorial Seix Barral

Si hubiese estado ante la inmensa cantidad de títulos de la biblioteca universitaria, creo que las posibilidades de haber elegido este libro hubieran sido de una en cien. Pero por casualidad llegó a mis manos «España en los diarios de mi vejez» (2004), el último libro de Ernesto Sabato publicado en vida, y me atreví a retomar a un autor que erróneamente concebí como pesimista, apocalíptico e intrincadamente existencialista durante años.

El estrecho marco de un último día alcanza para que la existencia sea un hecho absoluto

Cuánto me equivocaba. Afortunadamente el libro me llegó en un momento de mi vida favorable para atreverme a vencer ese infundado prejuicio literario. Y agradezco la segunda oportunidad que este genial escritor y ser humano me dio de escucharlo, entenderlo, rememorar destinos comunes y llorar con sus angustias.

Pero no todos estamos en este «mientras tanto», algunos, millones, ya viven en un infierno

«España en los diarios…» narra los últimos viajes y premios recibidos por Ernesto Sabato en distintas universidades españolas. No hay un tópico único que estructure su reflexión, sino que en sus páginas afloran miedos, recuerdos, amigos y amarguras por la crisis argentina y por la degradación de la humanidad, entre otros tantos pensamientos. Sus pareceres no son tan categóricamente pesimista como yo creía: Sabato insiste en los valores, el arte, los clásicos, la solidaridad con fundamentos y líneas de acción elocuentes.

Los riesgos rejuvenecen, claro, si uno sale vivo

La vejez, la inminencia de la muerte (al momento de escribir «España en los diarios…» tenía 91 años y falleció recién en 2011, a los 99) la memoria y el olvido, y sus defectos y malos humores afloran en su última obra publicada. Por su franqueza, por su inclemente autocrítica y su sincero reconocimiento a los amigos que en cada enclave español lo reciben cariñosamente; por su admiración ante los detalles de cada destino visitado por última vez y su amargura por la debacle de nuestra patria… resulta imposible encontrar un párrafo que no resuene.

Quiera Dios que no llegue el día en que Mc Donald´s instale su fábrica de hamburguesas en una plaza de toros

Me resisto a seguir escribiendo para no ser injusta con tantas genialidades esbozadas por Sabato que me quedarán sin mencionar. No terminaría nunca de enumerar los tópicos y las sensaciones entremezcladas que me generó cada uno de sus dilemas y preocupaciones. La lucidez de Sabato nonagenario da placer, admiración y temor ante tanta mirada acrítica, despreocupada y chicata. Encontré en sus últimos escritos editados la antítesis del Sabato que imaginaba y me alegra muchísimo más de lo que me avergüenza mi ignorancia, porque tengo la voluntad de reivindicarme.

Cuando tenía catorce años tuve que dar una clase sobre Sabato, el autor argentino que me tocó en suerte en esa clase de Lengua. La sensata recomendación de leer algo del autor para hablar con más conocimiento y propiedad me llevó a intentar trasitar «El túnel». Error garrafal: me traumó la complejidad y el oscurantismo de Juan Pablo Castel y en resumidas cuentas no entendí ni jota de la trama. Era una tierna aprendiz de lectora que aún no estaba para esos trotes, y desde entonces sostuve mi negación al universo sabatino. Cuando murió en 2011, fui a la presentación de un documental que realizó su hijo Mario. Allí, entre lágrimas, empezó el redescubrimiento y la reconciliación que hoy culmina con la lectura de «España en los diarios…» e inicia una nueva etapa en mi relación con el maestro Sabato. Comparto muchas de sus ideas, aficiones y aborrecimientos y desandé muchos caminos por los que él también transitó en su última travesía europea.

También yo intento plasmar a España en los diarios de mi vida, de mi juventud.

2 comentarios en “Mi último victimario

  1. Que lindo se te lee cuando mechás tu vivencia personal en el relato. se ve que ahí te encuentro mas cercana que nunca… Cuanto has crecido en este oficio que mamá me dijo vení a leer esto!! y murmuró buenísimo… un halago.-
    papi.

  2. Pingback: ¡Tengo dos Liebster Award! | España comentada

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